sábado, septiembre 22, 2012

¡¡LAS BUENAS INTENCIONES ,NO JUSTIFICAN LA DESOBEDIENCIA A DIOS !!


Samuel se presenta a Saúl con muy buenas noticias de parte de Jehová. Le dice que Jehová lo envió para que lo ungiese como rey sobre Israel. Samuel le advierte a Saúl qu
e debe estar muy atento a las palabras de Jehová. Le dice que Jehová castigará a Amalec por lo que le hizo a Israel. Cuando Israel subía de Egipto, ellos se le opusieron en el camino. Entonces Saúl recibe la ordenanza de parte de Jehová y por boca de Samuel.

“Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.” 1 Samuel 15:3.

Saúl convocó al pueblo, luego salieron a la batalla, derrotaron a los amalecitas y destruyeron Havila. Saúl no cumplió a cabalidad lo ordenado por Jehová. Tomó vivo a Agag, rey de Amalec y le perdonó. También perdonaron todo lo mejor de las ovejas, ganado y todo lo bueno. Destruyeron todo lo que era vil y despreciable.
A Dios no le podemos engañar, pues Él lo sabe todo. Dios es lento para la ira y grande en misericordia, pero hay momentos en que su ira se manifiesta. Dios le reveló al profeta Samuel su descontento con Saúl por su desobediencia. Samuel visitó a Saúl y le expresó el mensaje de desagrado de parte de Jehová.
El final de Saúl fue el fruto de su desobediencia. Cuando Samuel visitó a Saúl y escuchó los balidos de las ovejas y el bramido de las vacas, preguntó a Saúl, “¿qué es ese ruido que yo escucho con mis oídos?” Actuando de manera irresponsable, como lo hacen generalmente los que no quieren obedecer la Palabra de Dios, Saúl quiso excusarse. Trató de escudarse echándole la culpa al pueblo y señalando las buenas intenciones de querer aquellos animales para sacrificarlos a Jehová.

“Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios, pero lo demás lo destruimos.” 1 Samuel 15:15.

“Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.” 1 Samuel 15:22-23.

Analizando esa escritura podemos ver que lo primero que hace Saúl es tratar de limpiarse él de toda culpa y echársela al pueblo, “De Amalec los han traído.” Luego Saúl continúa, “porque el pueblo perdonó”, es decir, no fue él, fue el pueblo. “Para sacrificarlas a Jehová tu Dios”, aquí apela a las “buenas” intenciones, a los “buenos” deseos de agradar a Dios. El poner nuestras buenas intenciones y deseos por encima de la voluntad de Dios, es pecado de rebelión. Las buenas acciones no justifican la desobediencia. A veces pretendemos tener mejores ideas que Dios; y en otras, queremos hacer lo que a Él le corresponde, con la intención de “ayudarle”. Nuestra responsabilidad es obedecer a Dios, sin importar si creemos que lo que Él demanda es correcto o no. El hacer juicio sobre la voluntad de Dios, es menospreciar su deidad. La desobediencia a Dios siempre nos traerá consecuencias desagradables.
Saúl tuvo que sufrir las consecuencias de su desobediencia en una forma desastrosa.

“El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová”. 1 Samuel 16:14.
Dios Nos Bendiga

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