lunes, enero 30, 2017

¡¡ NO DEBEMOS JUZGAR A LOS DEMÀS !!

Jesús nos dio un precioso ejemplo, que ni aún Él siendo Dios en la tierra juzgó a la mujer adúltera.
Juan 8:10-11 “Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Dios es un Dios de amor y perdón, nos ha amado tanto que envió a su Hijo a morir en la cruz por nuestros pecados. El no nos acusa cuando nos llama, al contrario ofrece perdonarnos, En lugar de juzgarnos dio su vida por nosotros.
Así que qué derecho tenemos nosotros para juzgar a otros, si ni Cristo siendo puro y perfecto lo hizo, no condenó ni a la mujer adultera, sino que la perdonó, con la salvedad que ya no pecara más.
La razón principal para no juzgar:
Porque así lo enseñó Jesucristo y lo demuestra vívidamente.
Mateo 7:1-5 “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?
¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.”
¿Cuáles son estas razones?
No juzgar para que no seamos juzgados
Porque con el juicio con juzguemos seremos juzgados
Porque con la medida con que medimos seremos medidos
Pero hay una razón todavía muy poderosa:
Cuando estamos juzgando solo somos capaces de ver la paja en el ojo ajeno y
No vemos la viga que está en nuestro propio ojo
Jesús nos hace ver algo que es triste:
Que somos capaces de decirlo al hermano déjame sacar la paja de tu ojo y no echamos de ver la viga que está en el nuestro.
El Señor nos llama hipócritas porque llegamos al extremo de no echar de ver las grandes faltas que nosotros cometemos ( la viga en nuestro propio ojo). Esto significa que cuando estamos juzgando a otro no echamos de ver que nosotros estamos en peores condiciones, que nuestra falta es aún peor.
El Señor nos da una recomendación:
Que antes de juzgar a otro nos analicemos y veamos nuestras propias faltas y solo entonces podríamos ser capaces de ayudar al hermano con sus pecados. Pero esto no quiere decir que juzguemos, sino que hasta que estemos nosotros limpios de pecado podremos ayudar a los demàs con sus problemas.
Romanos 2 : 1 al 3
Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.
Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad.
¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?