miércoles, agosto 10, 2016

¿QUIERES BUSCAR DIAMANTES ?

Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel.
Para entender sabiduría y doctrina,
Para conocer razones prudentes,
Para recibir el consejo de prudencia,
Justicia, juicio y equidad;
Para dar sagacidad a los simples,
Y a los jóvenes inteligencia y cordura.
Oirá el sabio, y aumentará el saber,
Y el entendido adquirirá consejo,
Para entender proverbio y declaración,
Palabras de sabios, y sus dichos profundos.
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
Proverbios 1 : 1 al 7.
El libro de Proverbios es un libro de sabiduría porque la mayoría del libro fue escrito por Salomón. Y como todos sabemos Salomón fue el hombre más sabio que ha existido . Y él nos dejó un legado de sabiduría escrita en tres volúmenes que son: Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los cantares. Pero te has preguntado alguna vez ¿qué es un proverbio?
Los proverbios son una serie de declaraciones cortas, concisas, y que encierran una verdad moral. Así que podemos decir confiadamente que el libro de Proverbios es una colección de sabias declaraciones. En otras palabras, los proverbios son una colección de breves declaraciones que son comúnmente recibidas y que en la mayoría de las ocasiones encierran doctrina o moralidad. Manteniendo estos breves detalles en mente, descubramos los pasos a seguir para poder minar los diamantes de la palabra de Dios.
El primer paso a seguir lo encontramos aquí cuando leemos: “…Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti…” Yo diría que de los tres pasos que estaremos explorando hoy, este es el más importante de todos.
Digo esto porque aunque todos aquí escuchamos los mensajes que la palabra de Dios nos revela, muy pocos estamos dispuestos a aceptarlos; es decir, no recibimos o tomamos posesión de la palabra de Dios. Esto es algo que sucede con frecuencia porque la realidad de todo es que un buen porcentaje del pueblo de Dios, piensa que están a bien con Él.
La mayoría de nosotros estamos convencidos de que los caminos que hemos tomado, o estamos a punto de tomar agradan a Dios, y hacemos las cosas sin consultar con Él, o prestarle atención a las advertencias que Su palabra nos revela; sino que basamos nuestras decisiones o tomamos determinaciones basadas en nuestra propia sabiduría y opinión. Y es exactamente por eso que en
Proverbios 21:2
encontramos una buena advertencia que nos llama a reflexionar cuando leemos: “…Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová pesa los corazones…” ¿Qué les estoy diciendo con todo esto?
Lo que les estoy diciendo con todo esto es que el primer paso que tenemos que tomar para encontrar los diamantes en la palabra de Dios es tomar posesión de ella; en otras palabras, hacer que la palabra de Dios sea nuestra. ¿Cómo podemos lograr esto? La realidad es que solo existe una manera de lograr esto; la única manera que existe es perseverando en la santidad, ya que si no perseveramos en la santidad, nunca recibiremos de
. ¿Por qué? Porque como he repetido en numerosas ocasiones, Dios es santo y Él no habita en el pecado. Así que dile a la persona que tienes a tu lado: atesora la palabra de Dios.
Si queremos encontrar los diamantes en la palabra de Dios, entonces tenemos que atesorar lo que Dios nos revela, y prestar atención a lo que escuchamos; esto nos conduce al segundo paso.
El segundo paso a seguir para que siempre podamos excavar diamantes de la palabra de Dios, lo encontramos aquí cuando leemos: “…
Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia…” Como podemos ver, aquí las escrituras nos llaman a estar atentos a la sabiduría.
En otras palabras tenemos que prestar atención a lo que escuchamos, no podemos ser simple oidores de la palabra, sino tenemos que ser hacedores de ella De no ser hacedores de la palabra nos engañamos a nosotros mismos, y siempre nos encontraremos lejos de la verdad de Dios.....
Proverbios 2 : 1 al 5
Hijo mío, si recibieres mis palabras,
Y mis mandamientos guardares dentro de ti,
Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría;
Si inclinares tu corazón a la prudencia,
Si clamares a la inteligencia,
Y a la prudencia dieres tu voz;
Si como a la plata la buscares,
Y la escudriñares como a tesoros,
Entonces entenderás el temor de Jehová,
Y hallarás el conocimiento de Dios.
Dios nos Bendice