miércoles, abril 20, 2016

¡CAMINANDO EN LA VERDAD !!



LOS MILAGROS DE DIOS
“Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado por Dios ante ustedes con milagros, señales y prodigios, los cuales realizó Dios entre ustedes por medio de él…”
 – Hechos 2:22
La Biblia hace referencia a tres períodos diferentes de tiempo, durante los cuales, grandes milagros de Dios tuvieron lugar y fueron presenciados por muchas personas. Cada uno de estos periodos de tiempo tenía un profundo significado y propósito, en lo que se refiere a la aceptación, credibilidad y admisibilidad del Evangelio por parte de las personas Es importante entender el papel que juegan los signos y los milagros en la Biblia, ya que al hacerlo, podremos comprender mejor nuestra propia vida de oración, cuando nos acercamos a Dios por un milagro.
El primer período registrado en la Escritura se encuentra en el libro de Éxodo.
Bajo el liderazgo de Moisés,
Dios hizo muchos milagros para liberar a Su pueblo de la esclavitud de Egipto, con el propósito de establecer una nación libre de la cual vendría el Mesías prometido.
Hubo muchas otras señales durante la travesía del pueblo por el desierto, pero una vez que se establecieron en Canaán, los milagros ya no ocurrieron en la misma escala.
El segundo periodo registrado en la Escritura se encuentra en
1 y 2 Reyes, durante los días de Elías y Eliseo, cuando Dios introdujo el profeta itinerante.
Ellos viajaban por la tierra, realizando muchos milagros, los cuales iban acompañados de un mensaje que Dios tenía para el pueblo. Después de Elías y Eliseo, los milagros dejaron de ser la norma común y prácticamente cesaron de ocurrir y fue únicamente hasta que llegamos al Nuevo Testamento con la vida de Jesús y sus apóstoles que volvieron a ocurrir.
Después de los Evangelios, y como el libro de los Hechos lo registra, los milagros comenzaron a ser mucho menos frecuentes.
Cada uno de estos tres períodos;
Moisés,
Elías, Eliseo
Jesús y los apóstoles,
marcaron un nuevo capítulo en la relación de Dios con la humanidad.
Moisés marcó el comienzo de la nación de Israel;
Elías y Eliseo un movimiento de ministerio profético,
y Jesús como el Mesías, seguido por los apóstoles
marcaron el nacimiento de la Iglesia.Era Dios mismo evidenciando Su obra por medio de señales y maravillas.
Moisés, Elías y Jesús se reunieron en el Monte de la Transfiguración, cada uno de ellos representando un periodo crucial en la historia, los cuales Dios utilizó como Su estrategia para traer el Evangelio de Jesucristo.

Los milagros no son la norma común de hoy en día, sino más bien la excepción. De hecho, nuestra incapacidad para predecir los milagros, constituye la evidencia de que son la obra de un Dios soberano.
En todo el mundo, todavía están ocurriendo milagros, pero en menor escala a cómo ocurrieron durante los periodos descritos en la Biblia.
En nuestras oraciones, no podemos asumir que si confiamos en Dios por un milagro, Él automáticamente hará que suceda.
Aunque nuestras peticiones puedan parecer buenas y válidas, es posible que no sean la voluntad de Dios, y Su voluntad debe ser primordial en nuestras oraciones.
Dios es soberano y tiene la prerrogativa de intervenir o no con un milagro, pero si nuestra petición no encuentra respuesta y todo permanece en silencio,
Dios, a menudo, estará poniendo en orden todas las piezas que no vemos, con el fin de respondernos con lo que verdaderamente es mejor y que Él tiene reservado para nosotros.
Dios Nos Bendice