viernes, abril 27, 2012

¡DIOS ,NUESTRA PRIORIDAD!


Cuando ponemos la mirada en Dios, cuando nuestro afecto está en Dios primeramente, todas las demás cosas marchan mucho mejor en la vida.
O si nosotros tuviéramos la fe para hacer de ese principio, el principio fundamental que dirija todas nuestras acciones y determine todas nuestras prioridades y las cosas que hacemos, y dónde ponemos las cosas, en qué orden.

Si tuviéramos la fe para hacer eso, hermanos, seríamos unos genios. Viviríamos felices y podríamos en un instante neutralizar cualquier dardo del diablo, cualquier pensamiento destructivo, cualquier recuerdo destructivo del pasado, cualquier herida que nos haya dejado la vida, cualquier sinsabor. Todo lo podríamos ubicar rápidamente dentro del contexto de ese Dios que dice: “Yo estoy contigo todos los días hasta el fin del mundo”

“Caerán a tu lado mil, mas diez mil a tu diestra, más a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación. No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada, pues a sus ángeles mandará cerca de ti que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás, hollarás al cachorro del león y al dragón.”

¿Por qué?
“Por cuanto en mi ha puesto su amor, por cuanto en mi ha puesto su amor, por cuanto en mi ha puesto su amor yo también lo libraré, le glorificaré.”
Por cuanto hemos puesto nuestro amor en El, esa es la base de todo éxito verdadero en la vida y de todo descanso.
Poner nuestro amor, nuestra mirada, nuestro afecto primeramente en El.

El Señor dice: “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas os serán añadidas.”
En qué contexto escribe El eso? Yo lo leí esta mañana en el contexto de:
“No os afanéis diciendo: qué comeremos, qué vestiremos o qué beberemos”. Porque los gentiles buscan todas estas cosas, pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de ellas. Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas, añadidas”
No son la prioridad, no son lo que debe demandar nuestra primera acción, nuestro primer afecto, nuestro primer impulso. El primer impulso debe ser agradar al Señor y entonces todas las demás cosas vendrán por añadidura.

El Señor dice: “Deléitate en Jehová y el te concederá todas las peticiones de tu corazón”. Deléitate en Jehová! Deleitarse quiere decir no solamente complácete, agrádate, saca beneficio. No, quiere decir, saca todo el provecho, la bendición y el gozo de Dios. Ponlo a El en el primer lugar y el te dará las cosas más profundas de tu corazón, aún las que tu ni siquiera sabes que quieres, te las dará el Señor.

Muchas veces hay cosas que nosotros queremos pero en realidad el ser noble, sabio y poderoso que tenemos dentro de nosotros quiere otras cosas porque juzga de otra manera diferente.
Nosotros deseamos a veces con la superficie de nuestra conciencia, pero hay un ser más profundo que desea cosas más poderosas y Dios, si nos deleitamos en El, lee las cartas que ese ser le envía y nos da esas cosas y después cuando las tenemos decimos:
Qué bueno que no me dieron lo que yo quería,
me dieron lo que verdaderamente yo necesitaba y deseaba!”
Porque nos deleitamos en el Señor, porque buscamos primeramente las cosas del Señor.

Hermanos, no hay nada que despierte el deseo de Bendecir a alguien de parte de Dios, más que un corazón que lo ama por sobre todas las cosas.

Dice la palabra en otro pasaje que a mi me encanta que: “los ojos de Jehová recorren toda la tierra buscando para descubrir a aquellos que son de corazón perfecto para con El y mostrarse favorable para con ellos.”
Salmos 34 :15
Los ojos de Jehová están sobre los justos,
Y atentos sus oídos al clamor de ellos.

Dios está continuamente buscando, buscando, un hombre o una mujer que lo ame de todo corazón para mostrarse fiel, bueno y favorable, a favor de esa persona.
Por eso es que mi meta y nuestra meta, debe ser siempre, hermanos, limpiar, nuestro corazón de todo lo que no sea agradable al Señor.
Dios Nos  Bendiga
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