lunes, junio 20, 2016

¡¡TOMANDO CONCIENCIA !!

Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos.
Oseas 6:6
Existe un Refrán muy popular que dice: "Del árbol caído todo el mundo hace leña".
Cuan real se hace este dicho en nuestros días, cuanta gente herida y marcada anda por nuestros alrededores buscando una mano amiga que lo ayude a levantar de la caída, no a alguien que lo critique. Es bien sabido que todos cometemos errores, pero somos demasiado severos cuando la falta la comete otra persona pero deseamos misericordia cuando somos nosotros quienes fallamos.
Nuestro mundo se va hundiendo lentamente porque hemos ido perdiendo la capacidad de perdonar, olvidar y restaurar. Cada vez que algún individuo a nuestro alrededor comete una falta, lo marcamos para siempre. Pocos quedan con la entereza de levantar al caído y ayudarle extendiendole una mano amiga, hoy más que castigo, abandono o severidad, necesitamos corrección, ayuda y protección. Cuando alguien falla, le injuriamos y le rechazamos, pero cuánta diferencia es exigida cuando somos nosotros lo que fallamos.
Deseamos que sean compasivos, que nos nos abandonen, que alguien tenga de misericordia porque al fin: "todos cometemos errores". Bien dice otro adagio pueblerino: "no le hagas a otros lo que no te gusta que te hagan a ti". Pero la triste realidad es que queremos ser medidos con varas diferentes y por tal razón hemos ido extraviando la sensibilidad porque solo pensamos en nuestro propio bien. Si lográramos hacer conciencia que quien esta herido o quien cometió una falta es un ser humano sensible con nuestras mismas cualidades y que también merece otra oportunidad, tal vez nuestro entorno comenzaría a tomar nuevos bríos de alegría y felicidad.
Nuestra sociedad necesita manos que levanten, no que con crueldad hundan, porque esas ya sobreabundan. Si deseamos una mejor calidad de vida en vez de exigirla, brindemosla.
Estamos dispuestos a que se nos brinde una segunda oportunidad pero, ¿estaremos dispuestos a brindar una segunda oportunidad a esa persona que falló?
He aquí el dilema, todo lo que sembramos será lo que cosechemos. Mi pregunta para ti amigo mío es, ¿que estás sembrando, perdón o rencor? Tratemos de transplantar a aquel que un día falló y no lo dejemos morir y mucho menos pisoteemos su integridad por haber fallado, bien dijo Jesus en cierta ocasión, "el que este libre de pecado que arroje la primera piedra.
No debemos olvidar que cuando señalamos a alguien con nuestra mano siempre habrá tres dedos señalando hacia atrás.
Vamos a hacer la diferencia de este día en adelante, seamos agentes de reconciliación, perdonemos, olvidemos, restauremos por que al fin el bien que hagamos un día nos será devuelto,
 sea en esta vida o en la presencia del Divino Maestro.