lunes, octubre 24, 2011

¡¡¡Para Meditar!!!



Erase un hombre. No solo se habia quedado sin trabajo, sino que tampoco tenia nada para comer. Se sentia profundamente humillado al tener que tomar aquella determinación, pero no le quedaba otro recurso. Muy temprano salió de su casilla de tablas,en las afueras de una villa, y agarró para el centro de la ciudad. No iba a buscar trabajo, iba a recorrer los tachos. Porque parecia que lo que a él tanto le andaba faltando, a otros les sobraba hasta para tirar.

A propósito comenzó muy de madrugada su recorrida. No tenía ganas de que nadie lo viera,y además había que ganarle a los carros de la municipalidad. Destapó uno de los tachos y sintió la repugnancia de tener que escarbar alli para conseguir el pedazo de pan,o la media fruta que seria su alimento aquel dia.

Casi con asco fue seleccionando lo poco aprovechable que lograba sacar. Porque aún en la situación que estaba,conservaba sus delicadezas. En un bolso que llevaba fue guardando lo poco que le parecia más o menos bueno: media galleta, a la que rebanó la parte ya mordida;una manzana de la que separó la parte podrida; un corazón de repollo, del que tiró las hojas marchitas de afuera.

Poco a poco, y tacho a tacho, fue equipando su bolso, dejando atrás suyo y frente a cada parada, un reguero de desperdicios que ni siquiera queria volver a tocar para meterlos nuevamente en los depósitos de residuos. No queria perder tiempo, porque no deseaba que nadie fuera testigo de su situación humillante. Pero en una de esas, al mirar para atrás, vio que tenia un testigo inesperado, alguien que lo seguia. Otro pobre hombre, peor vestido que él mismo, recorria los mismos tachos de basura que él ya habia revisado, y recogia en una bolsita de plástico muchas de las cosas que él habia tirado.

Lo que él habia considerado inservible, a un hermano suyo le serviria ese dia como alimento. Se sintió tan inmensamente conmovido al comprobar lo que estaba sucediendo que, sin pensarlo dos veces, retrocedió y, abriendo su bolso, le entregó al mendigo la mitad de lo que habia juntado. Y al compartir ese poco que tenia se sintió enormemente rico.Y mientras regresaba feliz a su casilla, miraba con compasión a todos los satisfechos que pasaban a su lado,mientras se iba repitiendo su descubrimiento: POBRES… POBRES SON LOS QUE NO SABEN COMPARTIR.

A nosotros nos duele como continente pobre constatar lo que desperdician los Paises Ricos. Pero: ¿Compartiremos lo poco que tenemos, con los pobres de nuestro pueblo?

Haz memoria… cuándo fue la última vez que le compartiste a alguien lo tuyo? dinero, comida, ropa… etc. Medita en este pasaje bíblico:
“Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;
estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.
Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?
¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?
¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.” Mateo 25. 34-40

Si deseas servir a Dios, ponte en acción AHORA! no hay que ir muy lejos para ver necesidad. Sal de tu círculo y de tu rutina de comodiad por un momento, incomodate un instante. Mira más alla de tus necesidades. Piensa una cosita… mientras tú te preocupas por el mañana hay gente HOY que esta muriendo de hambre o quizas de tristeza, y lo peor… sin conocer al Salvador.

Quizas no puedas acabar con el hambre de todo el mundo, quizas nisiquiera con el hambre de un grupo de personas pero harás una diferencia muy grande para la persona a la cual ayudes.

Dios Nos Bendiga

¡¡Protagonista ,o Espectador!!!

Existen dos tipos de personas aquellos que se quedan como espectadores viendo como las cosas se les vienen al piso y aquellos que se vuelven protagonistas y no se quedan con los brazos cruzados viendo la necesidad que hay en sus vidas y a su alrededor.

Les dije ustedes ven el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; vengan y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos mas en oprobio. Nehemías 2:17


Jerusalén había sido quemada y hecha cenizas pero, fue en ese tiempo que Dios puso en el corazón de Nehemías la necesidad de hacer algo por su ciudad y no quedarse con los brazos cruzados; quizás tu vida espiritual esta desmoronada , desierta y consumida por cosas a las cuales le diste lugar ; quizás tu familia está hecha cenizas porque el enemigo se introdujo e hizo de las suyas ; a lo mejor tu matrimonio, tu economía, tu trabajo, tu ministerio, tu relación con tus padres está hecha cenizas porque el enemigo entro y destruyo todo lo que estaba bien edificado pero; déjame decirte que no es tiempo de que te quedes con los brazos cruzados observando simplemente lo que el enemigo hizo pedazos; es tiempo de que te levantes y reedifiques esa relación, esa amistad, ese matrimonio, tu vida espiritual, y todo aquello que tu sabes que el enemigo destruyo.

Mucha gente pierde el tiempo lamentándose, contando a los demás aquello que antes tenían pero que de la nada se les vino al suelo pero, tú no te puedes quedar como espectador viendo lo que el enemigo está haciendo en tu vida, en la vida de tus parientes, de tus amistades, de tus vecinos; es hora de que te levantes a reedificar esas vidas con el poder de la palabra.


Levantar los muros significa rodearse con la cobertura de Dios para que el enemigo no tenga lugar por el cual entrar; y por allí fue que Nehemías comenzó “reedificando los muros”; ya que eso le cierra las puertas al adversario.

Si durante este tiempo te habías quedado solo mirando como el enemigo estaba atacando tu vida y la de aquellos que te rodean y no habías hecho nada sino que solo eras espectador te invito a que te levantes y te vuelvas un protagonista al reedificar lo que había sido destruido, oremos juntos a Dios.

Padre Nuestro que estás en los cielos en este momento me rindo a ti, yo me levanto por la palabra de tu poder a reedificar todo aquello que había sido destruido por el enemigo porque tú me respaldas en el nombre Poderoso de Jesús
Amén........................................................
Dios nos Bendiga